*Director de la Policía Municipal JOAQUIN OLEA SE DEBE IR DE LA DIRECCION, DICEN

Playas de Rosarito B.C. (29 de mayo de 2015).- Cada vez suenan mas las voces que hablan de la urgencia de un cambio de fondo en el rumbo que llevan los encargados por velar por la seguridad y la tranquilidad de los rosaritenses.

Y es que aunque la autoridad local insista en asegurar que los índices delictivos están contenidos e incluso a la baja, los robos a comercios y en todas sus modalidades, incluidos los cristalazos y las afectaciones a los turistas están a la orden del día en todo el municipio.

Aun cuando el Comisario Olea López asegura con cronometro en mano que hay mayor presencia policiaca en las colonias y que los tiempos de respuesta ante una emergencia de han acortado, pesan más la percepción de inseguridad y la desconfianza hacia los policías.

Asimismo Olea López, asegura que no se ha registrado en Rosarito el llamado “efecto cucaracha” respecto al recrudecimiento de la violencia en el vecino municipio de Tijuana, los vecinos no distinguen y si trascienden los hechos de corrupción en que se ven envueltos los agentes municipales de aquella ciudad.

Mientras que en Tijuana, resurgen las exigencias de cambios e incluso la salida de Alejandro Lares Valladares de la Policía Municipal, a nivel local también hay voces de empresarios y vecinos que han sido víctimas de la inseguridad y de manera categórica aseguran que se ha bajado la guardia, que no mejora la coordinación y menos la buena imagen de los policías.

Promotores turísticos relacionan la prevalencia de los hechos de corrupción de parte de los agentes municipales, con la ausencia de turismo en la ciudad, a pesar de que ya inicia la temporada alta de los visitantes, el índice de visitantes sigue siendo muy conservador.

Hechos concretos de corrupción y contubernio de policías municipales con quienes se ven envueltos en hechos violentos y que arteramente no son consignados en los partes policiacos, aseguran expertos, no son gratuitos u obra de la casualidad. Peor aún se insiste en el malsano hábito de “maquillar” las cifras policiacas.

Y es que si bien Olea López, asegura no inmiscuirse en cuestiones político-partidistas a la hora de dirigir a la Policía de Rosarito, en la práctica ha sido incapaz de contener el activismo partidista de muchos de sus agentes y peor aun de las imposiciones y líneas que le dictan los mandos civiles, encabezados por el Secretario General de Gobierno, Fernando Serrano García, lo que limita y resta contundencia al director quien dócilmente lo permite.